Los primeros episodios de esta serie siguen un patrón simple y predecible. Por casualidad, Ars descubre un talento prometedor e intenta reclutarlo. Sin embargo, cada persona tiene problemas o recelos personales que hacen que no quiera o no pueda unirse a él. Ars, siendo una persona genuinamente buena, decide hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar a esta persona, incluso si reclutarla está fuera de la mesa. Y cuando la situación se resuelve, inexorablemente juran apoyar su causa, influenciados por su corazón y su naturaleza bondadosa.

Es a través de este marco que nos presentan a Ritsu (un ex niño soldado destinado a ser un guerrero y general sin igual), Charlotte (una pilluela callejera con un poder mágico incomparable) y Rosell (un niño manso con la mente de un gran estratega). Cada una de sus historias es marcadamente diferente entre sí y trabaja para brindar una historia emocional e independiente y explicar por qué estos individuos se volverían leales a Ars. Sin embargo, cuando rompemos con este patrón, las cosas se vuelven más interesantes.

La presentación de Lysia, la prometida de Ars, pone en duda todo lo que sabemos sobre la habilidad especial de Ars. Su principal talento no es la”magia”ni la”táctica”, sino la”ambición”. Básicamente, Ars compara esto con que ella es una psicópata: alguien que manipula sin pensar a otros para ganar poder sin preocuparse por a quién tienen que pisotear en el proceso. Sin embargo, aprende que la”ambición”no se trata de tomar el poder sino del impulso de una persona para alcanzar sus objetivos. Para Lysia, su objetivo es liberarse lo más posible del sistema patriarcal en el que nació. La única forma de hacerlo es casarse con un noble poderoso, o casarse con un hombre que pueda aceptar quién es ella realmente y que nunca pensaría siquiera en intentar controlarla.

Esta parte de la narrativa deja clara la debilidad de Ars: agrega riesgos y dramatismo a la historia en el proceso. Puede ver el poder y el potencial, pero no los motivos que impulsan a una persona. Esto, a su vez, hace que Ars se cuestione a sí mismo y su capacidad para gobernar, especialmente cuando la salud de su padre comienza a deteriorarse y el estallido de una guerra importante se acerca cada vez más. Después de todo, Ars puede ver el potencial de todos con su habilidad excepto el suyo. Está rodeado de lo mejor de la próxima generación, pero se considera normal en el mejor de los casos y totalmente inadecuado en el peor. No tiene confianza en sí mismo y eso le impide ver en sí mismo lo que hacen los demás.

No es hasta el arco final de la temporada que esto comienza a cambiar realmente. Le presentan a Mireille, una mujer que por fuera parece una borracha perezosa pero que en realidad es la mejor táctica de la generación anterior. Al igual que Lysia, tiene una estadística de ambición anormalmente alta, y esto le permite ver el panorama general como pocos pueden hacerlo. Ve a un joven, amable y sabio para su edad, que reúne a los individuos más talentosos del imperio a su lado. Y entonces hace la pregunta lógica: ¿Por qué?

Este es el clímax real de la temporada: el punto que deja claro por qué toda esta gente sigue a Ars. Lo único que quiere es un mundo donde los niños puedan crecer seguros y felices. Otros ven esto como un objetivo noble, uno por el que están dispuestos a hacer todo lo que esté a su alcance para ayudar. Pero sólo Mireille puede ver la única manera verdadera de hacer realidad un ideal tan grandioso. Es una conclusión sólida que marca el camino para lo que vendrá.

A fin de cuentas, este anime es una historia sobre liderazgo. Puede que Ars no tenga talentos especiales, pero es una luz que guía a aquellos a quienes gobierna. Si bien inicialmente piensa que debe dominar la espada o ser hábil en la diplomacia para liderar este mundo de fantasía, esto está lejos de ser el caso. Todo lo que necesita hacer (todo lo que cualquier buen líder debe hacer) es establecer una meta y permitir que quienes están bajo su mando hagan realidad esa meta. Este anime trata sobre un líder que brinda dirección y apoyo, pero nunca microgestiona, confiando en que aquellos con quienes trabaja están a la altura de la tarea.

Lo que surge de esto es una historia llena de comedia y momentos conmovedores: escenas de triunfo y escenas de desesperación. Sin embargo, en todo esto hay una sensación de esperanza: la esperanza de que un buen hombre pueda traer paz y prosperidad a un imperio en decadencia. El camino será largo y difícil, pero si Ars logra superarlo con su corazón intacto, podría haber un final feliz tanto para nuestros héroes como para la gente del imperio. Pero antes de todo eso, tendrá que hacerse un nombre cuando la guerra comience en serio en la próxima segunda temporada.

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